Breve historia de las naranjas, su origen territorial y verbal.
Las naranjas provienen del árbol del naranjo en su variedad dulce (Citrus × sinensis), o en la naranja amarga (Citrus x aurantium) los cuales son originarios de China, India, Vietnam y Birmania.
La etimología de la palabra ‘naranja’ es tan interesante como la ruta que siguió para llegar a Europa y luego extenderse por todo el mundo.
Así tenemos que el vocablo proviene del sánscrito ‘narang’, zona de la cual pasaría a Persia junto con la palabra ‘narensh’, de allí al árabe ‘naranjah’ y por supuesto éstos la trajeron a la Península Ibérica tomando el nombre actual en castellano y mutando lentamente en cada lengua con ‘laranja’ en portugués, ‘arancia’ en italiano y ‘orange’ en francés e inglés.
En aquella época medieval la única naranja conocida en Europa era la amarga o ‘Aurentium’, pero con las grandes conquistas navales portuguesas del siglo XV llegaría la variedad dulce o ‘Sinensis’, al igual que la ‘Reticulata’ que posteriormente pasaría a llamarse mandarina y por lo tanto, a descatalogarse como naranja.
A su vez, los marinos españoles, holandeses y portugueses la trajeron al Nuevo Mundo como prevención contra el mal del ‘escorbuto’, enfermedad que se caracterizaba por hemorragias de pequeño y gran tamaño en la piel y las encías, así como en inflamación de folículos pilosos; y plantaron el árbol en el Caribe, Sur y Norteamérica, llegando incluso hasta California y Hawaii donde se crearon varios tipos de naranjas.
Y en la actualidad no puede pensarse en un desayuno acompañado con rico zumo de naranja